La banda sonora de Vera by Carmen Arteaga & M. Eugenia Matesanz

La banda sonora de Vera by Carmen Arteaga & M. Eugenia Matesanz

autor:Carmen Arteaga & M. Eugenia Matesanz [Arteaga, Carmen & Matesanz, M. Eugenia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2020-05-14T00:00:00+00:00


Capítulo 21

I'm looking to the sky to save me

Looking for a sign of life

Looking for something help me burn out bright

Learn to Fly

Foo Fighters

A Pilar hoy la sonrisa le llega hasta los ojos. Ojos que se ha maquillado por primera vez desde que la conozco y que por fin parecen haber despertado. Sus canas han desaparecido para dejar brillar una melena castaña rojiza. No es que me haya fijado, es que es fácil notar la diferencia. La primera vez que apareció en mi consulta era una sombra, emocional y física. Y no digo que la apariencia defina quiénes somos, pero gustarse frente al espejo es positivo y lícito.

Ahora me está hablando del trabajo que acaba de conseguir gracias a una de sus nuevas amigas. Empiezo a pensar que no es que esté recomponiendo su vida: la está estrenando.

—Sé que no es gran cosa —me dice⁠—, una media jornada limpiando habitaciones en un hotel.

Todavía tenemos que trabajar en lo de darse palmaditas en la espalda.

—No quites importancia a lo que has conseguido —⁠le recuerdo⁠—. ¿Qué supone para ti tener un trabajo?

—Supone que ya no dependo de mi marido… de mi exmarido —⁠corrige con rapidez⁠—. Y que no soy ninguna inútil. Siempre me decía que no valía ni para puta —⁠comenta con una risa amarga.

Controlador, inseguro y con escasa capacidad empática. Son rasgos comunes de un maltratador psicológico. Su ex los cumple todos. A diferencia del daño físico, el abuso verbal es una forma de violencia mucho más sutil y difícil de identificar. Es cierto que un alto índice de maltratadores psicológicos han sido educados en el propio maltrato, pero esto solo explica de manera parcial su patrón de comportamiento. Al final, todos somos libres para decidir cómo queremos ser. Y aunque yo no creo en la vida después de la muerte, opino que debería existir un infierno para los cabrones miserables como el exmarido de Pilar. Sí, soy psicólogo, pero no dejo de ser humano.

No creo que ella llegue a verlo así y yo no puedo decírselo, pero le hizo el mayor favor de su vida al abandonarla.

—Para el próximo día me gustaría que hicieras una lista de tus logros.

—¿Como una lista de deseos?

—No exactamente, la idea es ver lo que ya has conseguido y te hace sentir bien, no las cosas que aún están pendientes.

—Vale. —Asiente y lo apunta en su libreta como una alumna aplicada.

—Ah, y antes de que te vayas no te olvides de darme mi táper —⁠le pido muy serio.

Al final me he rendido… A ella le hace ilusión y a mí no me cuesta nada hacer esa pequeña excepción.

—Son croquetas de jamón —me adelanta mientras saca de su bolso la entrega correspondiente⁠—. Hay para dos…

Qué poco sutil es y qué manía le ha entrado con buscarme una novia.

—Gracias… Las compartiré con mi compañera de piso. No sabe ni freír un huevo, así que te lo agradecerá casi más que yo.

—¿Y es guapa tu compañera de piso? —⁠me pregunta como quien no quiere la cosa.

—Pilar…

—Oye, que yo



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